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domingo, 19 de abril de 2009

CREACIÓN DE UNA BOLSA PARA EL TRÍPODE

Cuando decidimos comprarnos un trípode, muchos fabricantes no incluyen una bolsa de transporte para él, con lo que siempre tenemos que recurrir a comprar una para transportarlo con comodidad. Eso implica que nos tenemos rascar el bolsillo dos veces, al comprarnos el trípode, y al comprarnos la bolsa. Y ya que tenemos que gastarnos el dinero en una bolsa, ¿por qué no la hacemos nosotros mismos?
Hacerse una bolsa para llevar el trípode de un lado para otro, no es una tarea complicada. Solo tenemos que tener claro que tipo de bolsa queremos, es decir, si queremos llevar solo el trípode, o queremos llevar algo más como por ejemplo un bolsillo adicional para transportar el monopode etc. Así es que vamos a ver como empezar.
MATERIALES
El material ha emplear depende de lo que queramos gastarnos (siempre será menos que lo que cuesta una bolsa en una tienda) y del diseño que nos hagamos, que puede estar basado en una bolsa de algún fabricante o no. En mi caso, la bolsa que he diseñado es bastante simple pero efectiva, ya que permite llevar el trípode con mucha comodidad y protegido, aunque se puede complicar el diseño tanto como nuestra imaginación lo permita. Yo he optado por usar básicamente dos tipos de tejido: La cordura, para el exterior de la bolsa y la boata de poliester para el interior de la bolsa. La cordura tiene la ventaja que es resistente al desgarro, a la abrasión y es impermeable. Por contra la desventaja es que es un poco caro, pero repito que menos de lo que cuesta una bolsa comprada en una tienda. El otro tejido que he elegido es la boata de poliester, un material que se puede comprar ya confeccionado y que se usa para el revestimiento interior de las prendas de abrigo, y consta de la propia boata blanca de poliester y un revestimiento de nylón cosido a la boata. Esto le dará al interior de la bolsa un tacto agradable y suave, con lo se que evitará que al sacar y meter el trípode éste no se enganche en la bolsa. También usaré unas cintas de nylón para crear un asa y una correa de trasnporte para el hombro, así como un par de hebillas y dos anillas. También he usado un pedazo cartoncillo de 1 mm de grueso y de 14 x 14 cm. para dar rigidez al fondo de la bolsa.

En mi caso la cantidad de cordura y boata que he comprado es la de un metro, ya que para mi trípode tengo más que suficiente. El precio de la cordura es de unos 18 € el metro, y el de la boata es de 3 € el metro. 2 Metros de correa de nylón de 40 mm. de ancho (0,40 €). Dos anillas de plástico y dos hebillas, también de plástico para la correa (0,50 €). Es decir, que por menos de 22 € podemos tener una bolsa para el trípode totalmente personalizada y tan chula como queramos.
PASO 1: Lo primero es cortar las piezas para hacer la bolsa, en mi caso yo he cortado 4 piezas de cordura de 15 x 70 cm. (Foto 1). Cuatro piezas de boata de 15 x 70 cm. (Foto 2), así como dos piezas de cordura de 15 x 15 cm. y otras dos de boata también de 15 x 15 cm.


Las piezas de cordura ya cortadas


Las piezas de boata ya cortadas.
En la foto dos podemos ver una de las piezas de boata dada la vuelta en la que se puede ver el tejido de poliester.
PASO 2: En éste segundo paso, lo que vamos hacer es unir los cuatro pedazos de boata con los cuatro pedazos de cordura. De ésta forma conseguiremos cuatro piezas de 15 x 70 de cordura por un lado, y de boata por el otro. Repetimos esas uniones con las piezas pequeñas de 15 x 15. Hay que tener en cuenta que tenemos que poner la parte blanca de la boata, con la parte trasera de la cordura. Foto 3. La parte trasera de la cordura, se detecta fácilmente ya que al emplear cordura impermeable, una de sus caras tiene un acabado brillante debido a la imprimación impermeable que le dan a la cordura. Unimos esas dos piezas con unos alfileres y las cosemos a máquina. Si no somos muy duchos en eso de coser a máquina, siempre podremos recurrir a nuestra madre, novia, mujer o amigo que sepa coser a máquina.

En la foto 3, las dos piezas de cordura y boata sujetas por alfileres, y en la foto 3.1 las mismas piezas ya cosidas entre si.
PASO 3: Una vez que tengamos las piezas de cordura unidas a las piezas de boata, elegimos una de ellas para coserle una correa que será el asa de la bolsa para poder agarrarla, tal y como podemos ver en las fotos 4,5,6 y 7.










En la foto 4, el asa sujeta con alfileres. En la foto 5, cosiendo el asa.










En la foto 6, un lado del asa ya cosida. En la foto 7, el asa cosida completamente.
PASO 4: Una vez cosido el asa a una de las piezas, procedemos a unir las piezas entre si junto con una de las piezas de 15 x 15 cm, que va a ser el fondo, para empezar a formar lo que va a ser el cuerpo de la bolsa. Es importante dejar en la parte superior de la bolsa, una distancia de unos 10 cm. sin coser, para poder hacer el sistema de cierre de la bolsa. De momento solo vamos a coser tres piezas al fondo, y las vamos a coser al revés, para que cuando ya estén cosidas, al darle la vuelta a la bolsa, las costuras queden invisibles. Tal y como vemos en las fotos 8 y 9.






En la foto 8, las piezas unidas entre si con alfileres. En la foto 9, cosiendo las piezas por el revés.
PASO 5: Cuando hayamos cosido las tres primeras piezas al fondo, tendremos algo parecido a lo que podemos ver en la foto 10. Si nos fijamos en la foto 10, vemos que al fondo de la foto, en la parte derecha, hay una anilla con un pedacito de cinta de nylón.

Esa anilla es la que nos va a servir para colocar la correa que usaremos para colgarnos la bolsa al hombro. Coseremos dos de esas anillas en una de las costuras a lo largo de ella. En la foto 11 y 12, vemos como hay que proceder para poner las anillas. Primero cortamos dos trozos de cinta, la misma que hemos usado para coser el asa, y la colocamos en la anilla como vemos en la foto 11. Después la introducimos en una de las costuras que vayamos a realizar, foto 12, para que al coser las dos piezas elegidas, cosamos también la anilla a la bolsa.







En la foto 11 vemos como colocar el trocito de correa en la anilla, y en la foto 12 vemos como hay que colocarlo en la costura de uno de los paneles.
PASO 6: Antes, en la descripción de los materiales a usar, he dicho que voy a usar un trozo de cartoncillo. Pues es el momento de colocarlo, y lo vamos a poner en la pieza de 15 x 15, que va a ser el fondo de la bolsa. Eso le dará rigidez al fondo, y contribuye a que la bolsa tenga una forma más firme. Ese es el motivo de haber solo cosido las tres piezas al fondo. He dejado uno de los laterales sin coser, de la pieza de 15 x 15, para poder meter ese cartoncillo en el fondo, tal y como podemos ver en la foto 13. Una vez introducido el cartoncillo en su sitio, sujetamos con alfileres la última pieza en su sitio, y procedemos a coserla de la misma manera que hemos usado para coser el resto de las piezas.

En la foto 13, vemos como se introduce el cartoncillo en la pieza que va servir de fondo de la bolsa. Cuando ese cartoncillo esté es su sitio, procedemos a coser la última pieza para cerrar la bolsa.
PASO 7: Cuando hayamos terminado de coser la última pieza, tendremos algo parecido a lo que podemos ver en la foto 14, que como se puede observar, está al revés. Antes de dar la vuelta a la bolsa, nos aseguraremos de que todas las costuras estén bien realizadas, y solo tener en cuenta una cosa: En el lado de la bolsa donde hayamos puesto las dos anillas para la correa de hombro, procuraremos realizar varias pasadas con objeto de dejar esas costuras, lo más resistentes posibles. Así nos aseguraremos de que no se nos descoserán las anillas que sujetan la correa. Con cuidado de no dañar en exceso el cartón del fondo, procedemos a dar la vuelta a la bolsa.
PASO 8: Si todo ha ido bien, al darle la vuelta a la bolsa, tendremos algo parecido a lo que podemos ver en la foto 15, donde se aprecian las dos anillas y el asa de transporte.
PASO 9: Ya estamos casi al final, solo faltan unos pequeños remates y listos. Si te acuerdas de lo que dije al principio, en el apartado materiales, dije que había que cortar dos piezas cuadradas de 15 x 15 cm. Una para el fondo y otra para la tapa. Pues bien, según iba construyendo la bolsa, me di cuenta de que era mucho más práctico y rápido, hacer el cierre de la bolsa tipo petate o macuto. Es decir, hacer un dobladillo en la parte superior de la bolsa de 1 cm, para poder insertar un cordón de cierre con una tanka, parecida a las que llevan las capuchas de los chubasqueros. Así es que dicho y hecho. Si miras la foto 16, comprenderás lo que quiero decir.

ÚLTIMO PASO: Éste si que es el final, lo único que falta es colocar la correa para el hombro y meter el trípode en la bolsa, para poder llevarlo con total comodidad. Y como la única parte semi rígida de la bolsa es el fondo, cuando estemos usando el trípode, podremos doblar la bolsa para que nos ocupe poco espacio.
Ésto solo ha sido una idea de como hacerse una bolsa de transporte para el trípode. Partiendo de esa idea, cada cual puede hacerse la bolsa adaptada a sus necesidades, ponerle bolsillos adicionales, hacer la bolsa redonda en lugar de cortar cuatro piezas de tela, etc., y lo que es más importante: Barata.
RESUMEN DE FOTOS


La bolsa plegada y el trípode que voy a meter en ella


El trípode metido dentro de la bolsa.


La bolsa cerrada con el cierre por tanka tipo petate.



Y por último, la correa para el hombro. Un detalle: La parte de apoyo del hombro que se puede ver en la foto (entre las dos hebillas) se puede comprar también, yo la tenía de una bolsa que se me rompió, aunque no es demasiado cara (unos 4 €, incluso algo menos).
Espero que éste tutorial haya sido de tu agrado.

Ángel Tejedor
 Un aficionado a la fotografía.

sábado, 31 de enero de 2009

CÁMARA DIGITAL vs CÁMARA TRADICIONAL

ANTECEDENTES

Al hilo de lo que publiqué en la primera entrada de éste blog (hacer clic aquí para ver esa entrada) desde hace ya un tiempo, la fotografía digital le ha venido comiendo el terreno a la fotografía de película de toda la vida, algunos prefieren llamarla fotografía analógica, pero a mi me gusta más el término clásica. Y éste hecho a traído como consecuencia, un aumento de la gente que tiene cámara de fotos. Solo hay que darse una vuelta por cualquier zona de cualquier ciudad, y no se tardará mucho en ver a alguien con una cámara digital colgada del brazo. Y uno no puede dejar de preguntarse, ¿A qué es debido ese boom de la fotografía digital? Bajo mi humilde opinión, creo que ese boom es porque hacer fotos con una cámara digital compacta, ha abaratado y simplificado el hecho de sacar fotos. Cualquiera que se haya comprado una cámara digital, sea compacta o réflex, seguro que ha comprobado que el hecho de hacer fotos, es más barato. Eso sin contar con la comodidad que da el que saques una foto a tu grupo de amigos, compruebes que alguien se ha movido, y puedas borrar la foto para sacar otra instantánea. A mi modo de ver creo que ese ha sido el principal motivo de que la fotografía digital, haya salido adelante.

Sin embargo y a pesar del abaratamiento que han experimentado las cámaras digitales, todavía hay gente que se pregunta, cuando van a comprar su primera cámara de fotos, si es mejor, o peor, adquirir una cámara digital, o una cámara tradicional. Y no es de extrañar, porque esa especie de confrontación de lo digital sobre lo analógico, y viceversa, comenzó hace bastante tiempo. Tuvimos las primeras noticias de esa confrontación, aunque entonces no se veía como tal, a través de pequeños objetos que se usaban en la vida cotidiana. Los relojes de pulsera fueron los primeros de esos objetos. ¿Quién no recuerda los pitidos de las señales horarias que inundaban las aulas o las salas de cine, como ahora lo hacen las molestas melodías de los teléfonos móviles? Nos dimos cuenta de que, al menos en ese aspecto, lo digital estaba ganando la batalla a lo analógico. Después fueron los despertadores, los aparatos de radio, los termómetros, las básculas, etc. Y ahora hasta las ondas hertzianas que nos permiten ver la tele, son digitales. Por supuesto las cámaras fotográficas no iban a ser una excepción, solo era cuestión de tiempo saber cuando iban a aterrizar entre nosotros las primeras cámaras digitales de fotos. Y ya están aquí, ya han llegado, y los aficionados a la fotografía se preguntan ¿Quién va a ganar la partida? ¿Quién, al final, se llevará el gato al agua? ¿Vencera la fotografía digital a la tradicional? ¿O no?.

Si nos basamos en el pasado, y viendo el ritmo al que se están sucediendo los avances tecnológicos, todo apunta a que a medio y largo plazo las cámaras digitales se terminarán imponiendo. Las diferencias se van acortando en los puntos en que las cámaras tradicionales ganan a las digitales. Sin embargo y a día de hoy, las cámaras tradicionales superan, aunque por poco, a las cámaras digitales. Y en contra de lo que algunos aficionados piensan, todavía falta mucho para que las cámaras digitales superen, y dejen atrás, a las cámaras tradicionales. Bajo mi punto de vista, las cámaras digitales, ganarán la partida, el día en que las empresas que todavía fabrican película fotográfica, dejen de ganar dinero con ello y, como consecuencia, dejen de fabricar película fotográfica. Solo espero que eso tarde mucho en llegar. Hasta que eso pase, ambos aparatos fotográficos presentan ventajas y desventajas, que son las que nos ayudarán a decantarnos por una u otra en función de las necesidades fotográficas de cada persona, por eso vamos a ver esos pros y contras de la fotografía digital, frente a los pros y contras de la fotografía tradicional.

VENTAJAS DE LAS CÁMARAS COMPACTAS DIGITALES
  • Las cámaras digitales emplean, para captar la imagen, un sensor electrónico denominado CCD, o más recientemente CMOS, que transforma la luz en señales eléctricas, y que luego un procesador alojado en la cámara se encarga de transformarlas en píxeles, que es la parte más pequeña de la imagen digital, y es el equivalente al grano en la película de toda la vida. Esos píxeles determinan la calidad de la imagen y la resolución de las fotos que se pueden hacer, y no hay que cambiarlo como sucede con los carretes de fotos.

  • Las imágenes tomadas, se guardan en la memoria de la cámara, o en tarjetas de memoria adicionales. Éstas tarjetas adicionales, pueden tener una capacidad de varios Gb (gigabites), por lo que una sola tarjeta de memoria, a una resolución media (Unos 5 megapíxeles) podrá almacenar cientos de fotografías. Cuando esa tarjeta se llene de fotos, se descargan al ordenador, o a un sistema de almacenamiento portátil, y estará lista para seguir haciendo fotos.

  • Se puede disponer en el momento, de las fotos tomadas, sin tener que esperar a revelarlas siempre y cuando se dispare en formato JPEG, el formato estándar de las cámaras compactas, ya que al disparar en RAW (uno de los fomatos de archivo de las cámaras réflex digitales) es preciso procesarlas antes de poder visualizarlas en un televisor, monitor o subirlas a la Web. Además, todas las cámaras digitales disponen de una pantalla LCD en la que se puede ver la foto nada más tomarla.

  • A menudo son auténticas cámaras multimedia, capaces de tomar pequeños clips de vídeo, y ser usadas como Webcams.

  • La fotografía digital, el hecho de hacerla, es más barato que en la fotografía clásica, ya que solo se imprimen las que se deseen.

  • Se ahorra mucho espacio, ya que en un solo DVD se pueden guardar muchas decenas de imágenes, aparte de poder verlas en el televisor de casa, ya que la mayoría de los reproductores domésticos de DVD son capaces de reproducir los discos grabados con las imágenes que hemos tomado.

  • Las fotos digitales se pueden compartir más facilimente, ya que los archivos generados al tomar las fotos, se pueden enviar por correo electrónico o colgarlas en la Web.

  • Los ficheros digitales no se degradan en el tiempo, como les ocurre a las fotos reveladas en papel por el método tradicional.

  • Al no tener película para impresionar las fotos, las cámaras digitales pueden ser más pequeñas. Algunos modelos de cámaras compactas digitales son tan pequeños como un paquete de tabaco y más estrechas que un teléfono móvil.

DESVENTAJAS DE LAS CÁMARAS COMPACTAS DIGITALES
  • Solo los modelos carísimos de alta gama, y las cámaras réflex digitales, pueden alcanzar la calidad de imagen que se logra con una cámara tradicional.
  • En las cámaras digitales compactas, la pérdida de la fidelidad del color suele ser bastante notable, a pesar de los avnaces obtenidos en los sensores.

  • Todas las cámaras digitales compactas tienen una demora en estar listar tras encenderlas, y en la mayoría de ellas se produce un retardo, bastante perceptible, entre el momento en que se aprieta el disparador y el instante en que se toma la foto.

  • En la mayoría de ellas, y por el motivo anterior, es prácticamente imposible tomar fotos en serie, por lo que tomar fotos en movimiento es un serio handicap.

  • Las cámaras digitales (todas) son esclavas de la electricidad y la necesitan para todo. Son unas auténticas devoradoras de baterías, sobre todo si se usa la pantalla LCD de forma continuada.

  • Las cámaras digitales compactas aún son, con respecto a la calidad ofrecida, mucho más caras que las cámaras tradicionales.

  • Pese a que ya hay impresoras, y sistemas, con las que se pueden visualizar las fotos y pasarlas directamente al papel, siempre se necesitará un ordenador a mano para procesar aquellas fotos que lo necesiten.

  • Como se producen avances tecnológicos contínuos, y los precios van bajando poco a poco, la cámara que compres hoy, seguramente será obsoleta dentro de poco tiempo, por lo que no esperes a venderla a buen precio.

  • No es posible, a menos que se cambie de impresora, o que se lleve la tarjeta de memoria a un servicio de revelado comercial de impresión de fotos, de realizar ampliaciones más grandes que el tamaño A4. además si la foto no se ha tomado con la suficiente resolución, al ampliar por encima del tamaño A4, se verán los píxeles de la imagen y ésta perderá calidad.

  • No se puede cambiar la resolución del sensor, a no ser que cambies de cámara, ya que la sensibilidad del sensor es fija en cada cámara. Si te compras una cámara de 5 megapíxeles, esa será la resolución máxima a la que puedas disparar.

  • En las cámaras digitales, no se puede disparar en infrarrojo, tan sencillamente como se hace en una cámara tracidional, donde solo es necesario cargar una película infrarroja. En las cámaras digitales, hay que usar filtros especiales que no son precisamente baratos, además los resultados de los filtros, no son tan buenos como el uso de las películas infrarrojas.

VENTAJAS DE LAS CÁMARAS COMPACTAS TRADICIONALES
  • El principal punto a su favor es la calidad de imagen. De momento ninguna cámara digital compacta, puede hacer sombra a la calidad de imagen de una cámara tradicional.

  • Las películas que se usan en las cámaras tradicionales, son las responsables de la gran calidad y de la fidelidad de colores de las imágenes en las copias en papel. Es posible hacer fotos con una calidad excelente, con una cámara cuyo objetivo tenga una calidad media, si se usa una película de alta calidad y un soporte de papel de calidad acorde a la película.

  • Se puede elegir entre una gama amplísima de calidades y sensibilidades de película.

  • No existen molestos retardos al hacer la foto. Ésta se toma en el preciso instante en que se presiona el disparador.

  • Casi todas usan pilas o baterías, pero su consumo electrico es muchísimo menor que el de una cámara digital.

  • El coste unitario de cada foto pasada al papel, es mucho menor del que supone imprimir las imágenes tomadas con una cámara digital. Ésto es debido al todavía elevado coste de las tintas de impresión de las impresoras fotográficas.

  • La conservación de una foto de "toda la vida" es mucho más larga en el tiempo que una foto impresa en una impresora, aunque se use papel y tintas de alta calidad.

  • Existe un importante mercado de segunda mano en el que es posible adquirir cámaras de gama alta a precios bastante razonables. Además, la variedad de accesorios existente es mucho mayor que lo que hay para las cámaras digitales, sobre todo para las compactas.

  • Se pueden hacer ampliaciones grandes sin que la calidad de la imagen decrezca. A modo de ejemplo, con una buena película de sensibilidad media (100 ASA), se pueden hacer ampliaciones de 30 x 40 cm., sin que el grano de la película se note.

  • Gracias al boom de la fotografía digital, los precios de las cámaras tradicionales han bajado de forma ostensible, por lo que es posible adquirir una cámara tradicional de alta gama a un precio más reducido que su homóloga en digital.






DESVENTAJAS DE LAS CÁMARAS COMPACTAS TRADICIONALES
  • Las cámaras tradicionales utilizan película para captar la imagen. Un carrete de película permite hacer un número limitado de fotos, cuando se acaba éste hay que rebobinarlo y cambiarlo por otro. Esto significa que hay que ir gastando dinero en rollos de película constantemente.

  • Una vez gastado el rollo de película, hay que revelarlo para poder ver las fotos. Éste proceso hay que confiárselo a un laboratorio fotográfico que cobrará por ello. Además durante el revelado, que por otro lado es un proceso bastante delicado, pueden perderse las fotos para siempre.

  • Siempre hay que terminar el rollo de película antes de llevarlo a revelar. Si por cualquier motivo se manda a revelar antes de terminarlo, se desperdiciará película y el coste de las fotos que no se hayan hecho.

  • Para poder retocar las fotos hay mandarlas al laboratorio y éste servicio es más caro que el revelado normal. Si usamos el método digital para retocarlas necesitaremos digitalizarlas, con lo que tendremos que adquirir un escáner. Además, las fotos digitalizadas siempre pierden calidad con respecto del original.

  • Las fotos tomadas con una cámara tradicional, solo se pueden ver en papel o proyectadas si son diapositivas. Los álbumes para guardar las fotos en papel, ocupan mucho espacio .

  • En el momento en que se aprieta el disparador, no hay marcha atrás. La suerte está echada y no se puede saber si la foto saldrá bien hasta que se revele. Aunque con un poco de experiencia, se puede llegar a saber como saldrá ésta o aquella foto.

Como puede verse, los dos tipos de cámaras tienen sus pros y sus contras, y solo dependiendo de tu afición, o tu destreza fotográfica, te decantarás por una u otra. A modo de consejo, diré que si solo se van a tomar fotos en vacaciones o en actos sociales, una cámara compacta digital que tenga 5 megapíxeles, como mínimo, será más que suficiente. De la misma manera, se puede adquirir una cámara compacta de película, por un precio más económico que una digital. Además si solo vamos a sacar fotos, dos o tres veces al año, la compra de una cámara compacta tradicional será una buena opción.
Si por el contrario, lo que se pretende es aprender a controlar bien la fotografía, y adentrarte en la fotografía creativa o artística, antes de dar el salto a una cámara réflex digital, no estaría de más pasarse antes por la fotografía tradicional. Por aproximadamente unos 120 € se puede adquirir buena cámara réflex tradicional, con la que podamos aprender a revelar nuestras propias fotos y a crearnos una base sólida, para cuando se de el salto a la fotografía réflex digital. Pero esto, claro está, depende de cada uno.
Ángel Tejedor
Un aficionado a la fotografía

viernes, 26 de diciembre de 2008

EL PRECIO DE LA FOTOGRAFÍA

Desde que apareció la fotografía digital, muchas han sido las personas aficionadas a la fotografía, que han defendido a capa y espada, que ésta es más económica que la fotografía clásica, la de carrete de toda la vida. Aunque bajo cierto punto de vista, pueden llegar a tener razón, lo cierto es que mirando a la fotografía digital desde un punto de vista más global, es posible que esa afirmación no sea del todo cierta.
Si el argumento de los que defienden que la fotografía digital es más barata, se basa en comprarse una cámara digital compacta, una, o dos, tarjetas de memoria, ver las fotos en la pantalla de la tele y solo de vez en cuando imprimir alguna foto en la tienda de fotografía, entonces si tendrá sentido, para ellos, que la fotografía digital es más económica que la fotografía clásica. Pero si lo miramos desde el punto de vista del aficionado que quiere progresar en el mundo de la fotografía, ésto ya no está tan claro.
PROGRESIÓN FOTOGRÁFICA
Veámoslo desde ese punto de vista, el del aficionado que quiere avanzar, y que no se quiere quedar anclado en el mundo de las cámaras compactas.
Cuando un aficionado, o aficionada, empieza en éste mundillo, lo primero que hace es adquirir una cámara para aprender. Y lo más sencillo, en el 90 % de los casos, es hacerse con una cámara que no presente demasiadas dificultades a la hora de hacer la foto. Por eso han tenido tanto éxito las cámaras compactas de apuntar y disparar. No tener que hacer mediciones de luz, ni de enfoque, ni de velocidad de obturación, es algo muy atractivo para el aficionado, o aficionada, que empieza, ya que solo tiene que centrarse en componer la instantánea. Además, todavía no sabe muy bien que es eso de la velocidad de obturación, o la apertura del diafragma. Solo después de algunos meses, o años, depende de la persona, estará en disposición de saber si se da el salto a la fotografía avanzada, o por el contrario se queda encasillado a la cámara compacta digital.
Evidentemente, si el aficionado opta por quedarse con su cámara digital compacta, y solo la cambia, de vez en cuando, por un modelo con mayores prestaciones, entonces si que será cierto, para él, aquello de que la fotografía digital es más barata que las fotos que hacía con su vieja cámara de carrete. Pero ¿Y si le pica el gusanillo? ¿Y si opta por dar el paso lógico de subir un escalón en el mundo fotográfico? Entonces la cosa cambiará radicalmente, y el aficionado ya no se conformará con su pequeña cámara digital compacta. Empezará a barajar la opción de pasasrse a la fotografía digital réflex, con todo lo que eso conlleva.
Al principio, cuando nuestro aficionado de el salto a la fotografía avanzada, se mostrará contento y satisfecho al adquirir una cámara réflex en forma de kit, es decir, un conjunto en el que le vendrá el cuerpo de la cámara y un objetivo básico, del tipo zoom, que le permita desenvolverse con una cierta seguridad, al principio, en el mundo digital réflex, a la vez que empieza a descubrir esos conceptos de diafragma y obturación, que antes no sabía muy bien que era.
Durante un tiempo nuestro aficionado estará feliz y contento descubriendo las bondades y complicaciones que, la fotografía réflex digital le ofrece. Pero llegará el día en que su querida réflex se le quede un poco corta en algunas situaciones. Que aquella foto que al principio le costó hacerla, y que se sentía orgulloso de ella cuando consiguió hacerla, descubre que se podía haber hecho de ésta o aquella manera, empleando éste o aquel objetivo o usando una fuente de iluminación alternativa, etc. Y es entonces cuando toca rascarse el bolsillo otra vez, porque habrá que invertir en nuevos componentes fotográficos, que le permita experimentar la forma de hacer una determinada foto.
Tendrá que invertir dinero en un nuevo objetivo, con una focal distinta del que tiene, para poder experimentar con la forma de hacer una determinada foto.
En comprar un flash externo porque nuestro aficionado ha descubierto que el flash integrado de la cámara, a pesar del precio de ésta, no sirve para grandes cosas.
En adquirir un trípode, porque se ha dado cuenta de que para ciertos tipos de fotos o tiene un pulso de superheroe, para evitar que la cámara se le mueva, o no podrá hacer aquella foto que llevaba tiempo detrás de ella. Y ya que estamos, necesitará una bolsa para poder transportar todo el equipo, etc.
En definitiva, si nuestro aficionado a la fotografía quiere seguir progresando en éste mundillo, no le quedará más remedio que aflojarse el bolsillo. Pero ¿por qué? Pues sencillamente porque cuando se ha alcanzado un cierto nivel de destreza fotográfica, el aficionado quiere tener el control absoluto, o casi, de su trabajo. Hasta ahora siempre había dependido del laboratorio fotográfico profesional, para la casi totalidad de sus trabajos, que era el encargado de pasarle a papel las fotos realizadas, o de revelarle dichas fotos para luego entregárselas en un CD, o DVD, para poder verlas en la tele.
A partir de ahora, nuestro aficionado fotográfico quiere ser él, el que controle su trabajo. Quiere revelar e imprimir sus fotos en casa. Quiere controlar todo, o por lo menos, la mayor parte del proceso fotográfico, y depender menos del laboratorio profesional. Así es que comenzará por interesarse por una impresora fotográfica que le de la máxima calidad de impresión, dentro de sus posibilidades económicas. Y adquirirá, también, un programa informático que le permita revelar y editar todas las fotos que haga. Y eso conlleva el tener que hacerse con un ordenador potente, que le permita manejar, con soltura, los megas y megas de fotos que se irán acumulando en el disco duro del ordenador. Y no tardando mucho tendrá que adquirir un disco duro externo para tener una copia de sus preciados archivos fotográficos que tanto quiere, no vaya a ser que se le casque el ordenador y el trabajo de varios años desaparezca como si nunca hubiera existido. Con lo cual, la inversión importante de dinero está garantizada.
Si nos ponemos a contabilizar lo que nuestro aficionado necesita para controlar la mayor parte del proceso de producción fotográfica, tenemos, más o menos, el siguiente montante:
Una cámara réflex de tipo medio con objetivo básico.............. 450€.
Una tarjeta de memoria de 1 Gb................................................. 45 €.
Un objetivo de focal variable (28-200 mm)............................. 500 €.
Un flash digital externo............................................................. 350 €.
Un trípode con rótula................................................................ 150 €.
Una bolsa de transporte.............................................................. 90 €.
Una impresora fotográfica de 8 tintas..... Entre los 600 y los 1.300 €.
Un ordenador.......................................... Entre los 900 y los 1.800 €.
Un programa informático para revelar y editar imágenes......... 950 €.
Un monitor de calidad para ver las imágenes........................... 500 €.
Visto lo visto, la cantidad aproximada que nuestro entusiástico aficionado deberá desembolsar, para llevar a buen término su afición, o pasión, según se mire, estaría en torno a la bonita cantidad de 5.000 €, y eso que aquí no se han contabilizado los diversos accesorios como los elementos de limpieza, filtros, disparadores remotos, papel fotográfico para imprimir las imágenes y un sin fin de elementos y cachivaches varios que a lo largo de la afición fotográfica de cada uno, o una, se irán acumulando.


LA FOTOGRAFÍA CLÁSICA
No sería justo detenerse aquí, sin ver que es lo que le puede deparar a nuestro aficionado, económicamente hablando, si se decanta por la fotografía clásica. El boom de la fotografía digital, ha traído como consecuencia el abaratamiento del material fotográfico clásico, con lo que a priori, es bastante fácil, al menos en apariencia, encontrar material clásico más barato. Sin embargo, si nos paramos a pensar que es lo que un aficionado avanzado necesita para controlar el proceso de las fotos, resulta que hay que gastarse unos buenos duros, o euros que para el caso es lo mismo. Así es que sin más dilación, vamos a ver que es lo que le depara, económicamente hablando, la fotografía clásica, a nuestro aficionado.
Antes de continuar, debo aclarar que las cantidades dinerarias aquí expuestas, son meramente orientativas y en ningún caso vinculantes, tanto en la fotografía digital como en la clásica, por lo que puede haber diferencias importantes, en algunos casos, con los precios reales del mercado fotográfico. Por eso los precios aquí reflejados son una estimación:
Una cámara réflex media con un objetivo básico............................... 500 €.
Un objetivo de focal variable (28-200 mm)....................................... 180 €.
Un rollo de película para copias en papel............................................ 25 €.
Un flash externo.................................................................................. 250 €.
Un trípode con rótula.......................................................................... 150 €.
Una bolsa de transporte........................................................................ 90 €.
Una ampliadora de calidad................................. Entre los 300 y los 900 €.
Un objetivo para la ampliadora......................... Entre los 70 y los 1.700 €.
Un tambor de revelado para película en B & N........................... 30 €.
Un tambor procesador para película en color................................... 700 €.
Y al igual que en la fotografía digital, faltan por incluir elementos como los filtros, las cubetas y los líquidos de procesado de las copias en papel y los diferentes elementos y accesorios de laboratorio necesarios para que el fotógrafo pueda llevar a buen fin las fotografías realizadas. Con todo ello, el montante aproximado puede acercarse, sin ningún problema, a los 5.000 €, una cantidad curiosamente similar a lo que salía en fotografía digital. Aunque esa cifra puede ser engañosa, porque en éste cómputo solo se ha incluido un rollo de película, y hay que tener en cuenta que en fotografía clásica, cada vez que se hacen fotos, hay que gastarse el dinero en comprar película.
Con todo ello se puede afirmar que, ni la fotografía digital es más barata que la clásica, ni la clásica más cara que la digital, como pudiera parecer a simple vista. Tan solo el aficionado, es el único que puede ponerle un límite económico a su afición, aunque los fabricantes nos lo pongan cada vez más difícil, sacando continuamente al mercado componentes y accesorios que dejan obsoletos al equipo que tengamos, en poco tiempo.
Como conclusión se puede decir, sin temor a equivocarnos, que el aficionado, o aficionada, a la fotografía, si solo pretende quedarse con su cámara compacta digital, sin llegar a tener ninguna otra aspiración, entonces la fotografía digital sí será más barata que la clásica. Por contra, si el aficionado, o aficionada, pretende progresar en la fotografía, tanto digital como clásica, la aseveración de que la fotografía digital es más barata que la clásica, no será cierta. Por lo tanto el aficionado, o aficionada, serán los que tengan la última palabra en ese sentido, y la fotografía será tan cara, o barata, como el aficionado quiera.

Ángel Tejedor
Un aficionado a la fotografía