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viernes, 21 de enero de 2011

CONSEJOS PARA HACER MEJORES FOTOS 2º PARTE (El Enfoque)

¡MALDITO MENEO!  
Todos sabemos la sensación que nos provoca el ver una fotografía desenfocada o movida (foto de la derecha). Por mucho cuidado que se haya puesto en la composición, por muy espectacular que sea lo que se fotografíe o por mucho tiempo que se haya invertido en realizar una foto estupenda, ésta no podrá usarse si la foto aparece desenfocada. Según yo lo veo, tres son los motivos principales por los que una foto puede salir desenfocada: Por un movimiento involuntario, o no, de la cámara al disparar. Por un error al enfocar la imagen, o por un movimiento involuntario, o no, del sujeto a fotografiar (personas, niños, objetos móviles, animales, etc.). De estos tres motivos dos los podrá controlar el fotógrafo, el otro ya es más complejo porque no depende del fotógrafo, me estoy refiriendo a fotografíar niños o animales, ya que éstos tienden a moverse cuando menos falta hace que lo hagan.
De los dos motivos que puede controlar más fácilmente el fotógrafo, el primer caso (movimiento de la cámara) suele ocurrir porque la velocidad de obturación que se ha empleado es tan baja, que el sensor se hace eco de todos los pequeños movimientos que hace el fotógrafo, incluso si la cámara esta en un trípode en el momento de hacer la foto. Es lo que se conoce como trepidación. Por eso, aunque el enfoque sea correcto, esa pequeña vibración, que incluso la puede provocar el viento, hará que la foto salga desenfocada o movida. La solución pasa por elevar la velocidad de obturación hasta un valor en que esos pequeños movimientos involuntarios, no los aprecie el sensor. Si con todo se necesita una velocidad de obturación lenta, es mejor hacer la foto con un disparador remoto o usar el disparo temporizado de la propia cámara. Generalmente, para evitar ese error, lo mejor es cambiar la prioridad de disparo a la posición “S” (prioridad de obturación) y elegir una velocidad de obturación lo más próxima posible al objetivo empleado. Por ejemplo, si estamos empleando un objetivo cuya focal sea de 70 mm, deberemos usar una velocidad de obturación de 1/70 avo de segundo, o la velocidad más próxima a la distancia focal empleada. Si encima hay poca luz, es preferible aumentar el valor ISO para compensar la falta de ésta. Siempre es mejor tener una imagen nítida con algo de ruido, que una imagen desenfocada que seguramente no se pueda utilizar.
En el segundo caso (el error de enfoque) se pueden identificar dos supuestos: El primero es cuando una parte de la imagen aparece nítida pero no se corresponde con la zona de la foto que nos interesa. Esto está causado por un enfoque automático erróneo. El segundo, es cuando la foto tiene una zona nítida pero ésta no es lo bastante clara, y está causado por disparar con una apertura de diafragma más amplia de lo que permite la lente que se esté usando, como por ejemplo f /2.8 o f/5.6. En estas aperturas el objetivo alcanza menos nitidez ya que la profundidad de campo disminuye considerablemente, haciendo que cualquier variación en la colocación del sujeto, o adelantando o atrasando la posición de la cámara con respecto del sujeto, varíe el enfoque sin que muchas veces nos demos cuenta. Por lo tanto si los niveles de luz lo permiten, es mejor aumentar el valor del diafragma para aumentar la profundidad de campo. Si por el contrario, la luz es muy escasa, habrá que plantearse el uso de un trípode, de aumentar el valor ISO o usar algún método de iluminación de apoyo como un flash, una antorcha de vídeo o un foco de luz continua portátil. Foto de la derecha.
Delegar toda la tarea del enfoque al enfoque automático de la cámara, no es una buena idea porque éste es muy puñetero y solo puede actuar de dos formas; o enfoca o no enfoca. Además, es muy fácil engañarle y si no ¿has intentado alguna vez enfocar en plena noche a la luna llena usando el enfoque automático? Difícil ¡eh! Por lo que mi consejo es que cuando se tengan problemas con el enfoque automático, y éste no sea capaz de realizar su trabajo, recurramos al enfoque manual. Sin embargo y para evitar, en la medida de lo posible, que al usar el enfoque manual tengamos problemas de enfoque, hay que ajustar las dioptrías del visor de la cámara a nuestra visión, como si de unas gafas se tratara, de manera que lo que veamos por el visor esté completamente nítido. Desgraciadamente las cámaras digitales réflex carecen, en el visor, de un elemento que si tenían algunas cámaras réflex de carrete. Me estoy refiriendo al “Telémetro”, un sistema que cuando algo estaba desenfocado, en el visor se veía la imagen, aparte de borrosa, doble, como si la estuvieras viendo a través de dos cristales de diferente color. Al enfocar, la imagen dejaba de verse doble a la vez que se volvía nítida. Otras cámaras llevaban un sistema que cuando la imagen estaba desenfocada, en el visor se veía ésta como si estuviese fragmentada. Cuando se enfocaba, los diferentes fragmentos se combinaban para mostrar la imagen nítida. A veces echo de menos esos sistemas. En éste sentido, los propietarios de las cámaras digitales compactas lo tienen más crudo, ya que éstas ni siquiera tienen visor óptico y solo se puede ver el enfoque a través de la pantalla trasera. En mi caso, y a falta de esos sistemas, suelo usar un pequeño truquillo cuando voy hacer una foto en la que tengo que usar el enfoque manual. Si tengo que fotografiar en interior, pongo en el mismo plano del objeto, o sujeto a fotografiar, una página que contenga algún texto. Cuando enfoco lo hago sobre el texto, y cuando éste se ve perfectamente nítido, bloqueo el enfoque y apunto al sujeto a fotografiar. Si es en exteriores, procuro encontrar carteles, señales, texturas etc., cualquier cosa que tenga texto escrito o superficies rugosas o texturizadas y que estén en el mismo plano que lo que voy a fotografiar. Enfoco sobre ellas y vuelvo a bloquear el enfoque para hacer la foto. De momento es un sistema que me da muy buenos resultados.
Pero ¿qué ocurre cuando lo que queremos fotografiar se mueve? Una de mis actividades favoritas a la hora de echarme la cámara al hombro, es hacer fotografía deportiva. Y a lo largo de mis andanzas, he visto como muchos aficionados hacen fotos con sus cámaras compactas a deportistas que se mueven, más o menos rápidos, encuadrando al deportista sin apenas mover la cámara, y con el agravante de colocar el sistema de disparo de la cámara en modo totalmente automático. Si tenemos en cuenta que las cámaras compactas tienen, casi todas, un pequeño retardo en el disparo, la consecuencia de ello es una foto similar a la que puedes ver en la imagen de la derecha, en la que el fondo está nítido y lo que interesa está movido del todo debido a la velocidad del ciclista. 
Según yo lo veo, hay dos tipos de enfoque, y los llamo “enfoque pasivo” y “enfoque dinámico”. El enfoque pasivo va muy bien para fotografiar sujetos u objetos cuyo movimiento es muy limitado o nulo, como gente, paisajes o naturalezas muertas. El enfoque dinámico es precisamente para todo lo contrario, cuando el sujeto se mueve y no depende de nosotros la dirección o la velocidad en la que se mueve. El sistema de enfoque continuo, que la mayoría de las cámaras poseen, es capaz de mantener el enfoque aunque la cámara y el sujeto se estén moviendo, teniendo más posibilidades de que la foto salga nítida captando más detalles. Sin embargo éste sistema no funcionará adecuadamente, si no se selecciona previamente el punto de enfoque. Es decir, mantener la zona de enfoque amplia (todas las zonas de enfoque activadas) no dará los mejores resultados. Yo suelo hacer reportajes en carreras de MTB (ciclismo de montaña) y antes de hacer cualquier foto, selecciono en el enfoque continuo la zona central de enfoque y me ayudo de un monopie. 
Eso me garantiza que al menos el 70 u 80 % de las fotos me salgan bastante nítidas (algunas extraordinariamente nítidas). De ésta forma si se selecciona el punto central de enfoque, solo hay que apuntar con él al sujeto en movimiento, así nos aseguramos que lo que interesa salga nítido aunque el resto esté borroso. Échale un vistazo a la foto de la derecha. Para hacer ésta foto seleccioné el modo de enfoque continuo, puse el punto de enfoque en la parte central y seleccioné el modo de prioridad de apertura (podría haber usado el modo de deportes, pero preferí usar la prioridad de apertura). Ajusté el diafragma a un valor de f8, y con todo seleccionado lo que hice fue perseguir al ciclista hasta que vi a través del visor el momento idóneo para disparar. Por cierto que la cámara puso el valor del obturador en sólo 1/80 avo de segundo. Éste método se llama “barrido” y es ideal para tomar fotos de cosas o sujetos en movimiento rápido y que se desplacen lateralmente con respecto a tu posición. Como puedes ver el ciclista aparece razonablemente nítido, mientras que el fondo está desenfocado dando a la foto una sensación de movimiento y velocidad bastante interesante.
LA AYUDA DE PHOTOSHOP
En las fotos digitales, sobre todo si se dispara en RAW, siempre nos saldrán las fotos como si estuviesen faltas de enfoque, aunque éstas se vean muy bien (por lo menos a mi me pasa). Así que luego, en postproducción, es necesario aplicarles un poco de enfoque. Como regla general, éste paso es mejor hacerlo el último, cuando ya se ha editado toda imagen. PhotoShop nos puede ayudar a darle a una foto desenfocada algo más grado de detalle, pero no nos engañemos, PhotoShop no hace milagros y si la imagen está muy desenfocada, no habrá nada que hacer. Para ajustar el enfoque en PhotoShop, lo podremos hacer de varias maneras, pero para mi hay dos formas que combinándolas, me da los mejores resultados. Uno es el uso de una máscara de enfoque, y el otro es usar el enfoque de los bordes usando los canales. El segundo método, ya lo he explicado en otra entrada anterior de éste blog (pincha aquí si quieres verla). Por lo que lo que voy a explicar es el primer método, la máscara de enfoque.
PhotoShop en su versión CS4, tiene en el menú “Filtro” una opción que se llama “Enfocar” y dentro de ese menú hay cinco opciones de enfoque: EnfocarEnfocar másEnfocar bordesEnfoque suavizado Máscara de enfoque. Las dos primeras (Enfocar y Enfocar más) son útiles cuando la imagen presenta algo de ruido, pero se aplican directamente y no hay posibilidad de cambiar nada ya que carecen de ventana de diálogo. La tercera (Enfocar bordes) realiza un enfoque sobre los bordes de la imagen, alisando el diente de sierra que presentan algunas imágenes, y al igual que las dos anteriores no tiene ventana de ajustes y se aplica directamente. Máscara de enfoque dispone de más control sobre el enfoque de la imagen y se puede aplicar a toda la imagen o a una selección de ésta. Por último, el filtro Enfoque suavizado, permite un mayor control sobre el enfoque que el filtro máscara de enfoque, ya que podemos actuar sobre las sombras y las iluminaciones por separado, y tenemos la opción de quitar el desenfoque gaussiano, el desenfoque de lente o el desenfoque de movimiento, así como su dirección. Máscara de enfoque y enfoque suavizado, funcionan de un modo similar pero el filtro enfoque suavizado es un poco más potente que el filtro máscara de enfoque.
¿Pero cómo se enfoca una imagen usando el filtro máscara de enfoque? Primero es bueno comprender como funciona dicho filtro. Éste filtro enfoca la imagen aumentando el contraste a lo largo de los bordes de la misma, sin embargo no detecta los bordes de ésta, sino que busca los píxeles cuyo valor es distinto al de los píxeles circundantes, según el umbral especificado en la ventana del filtro. Una vez encontrados esos píxeles, aumenta el contraste de los píxeles adyacentes en función de la cantidad especificada en la ventana del filtro.
De forma que los píxeles adyacentes más claros encontrados, con respecto a los píxeles de los bordes más claros, se vuelven más claros. Y los píxeles adyacentes más oscuros encontrados, con respecto a los píxeles de los bordes más oscuros, se vuelven más oscuros. Al aumentar el radio de la región con la que se compara cada píxel, mayores serán los efectos del borde. La verdad es que es un poco lioso todo eso, pero ayuda a comprender cuanta cantidad hay que aplicar al radio y al umbral. Lo que nunca hay que llegar a hacer es aumentar en demasía el efecto del enfoque, así evitaremos que se produzcan halos en los bordes, ya que si esto llega a pasar es que o nos estamos pasando aplicando el filtro, o la foto está tan desenfocada que aunque aumentemos mucho el efecto de éste no conseguiremos mejorarla.
Mira las dos imágenes de la flor de la derecha. En la foto de arriba, he aplicado una máscara de enfoque con los siguientes valores: En cantidad 100 %. En Radio 1,6. Y en umbral 1. En la imagen de abajo he aplicado una máscara de enfoque cuyos valores han sido en Cantidad 150 %. En Radio 10 píxeles. Y  en Umbral 2.Como se puede apreciar en la foto de abajo, el efecto del enfoque más que mejorar la imagen lo que hace es perjudicarla, porque se pueden apreciar halos en los bordes de pétalos de la flor. Además hace que la flor tenga un aspecto que es poco natural. 
Entonces ¿Cuáles son los valores con los que podemos jugar sin pasarnos? Después de probar mucho sobre imágenes de todo tipo, los valores donde yo he tenido los mejores resultados, están comprendidos entre los siguientes: En Cantidad es mejor movernos entre 50 y 100 %. En Radio, nos moveremos entre 1 y 2,6 píxeles. Y en Umbral, lo mejor es no pasarnos de 2 niveles. Ya digo que moviéndome en esos valores los resultados son realmente buenos. En éste caso se demuestra que menos es más.


RESUMEN DE LOS CONSEJOS DE ENFOQUE
Estarás de acuerdo conmigo en que es bastante frustrante haber invertido mucho esfuerzo y trabajo en prepararlo todo, para conseguir imágenes que requieren un enfoque preciso, para luego obtener un resultado decepcionante. Seguro que alguna vez has hecho algún retrato en el que la nariz, o los pómulos de las mejillas, aparecen enfocados y la zona de los ojos quedaban desenfocados. ¿Qué hacer entonces? Una buena práctica (sobre todo si vamos a fotografiar sujetos estáticos, como naturalezas muertas o primeros planos de los rostros) es enfocar usando el punto de enfoque más próximo, situado en la zona de la imagen que pretendamos sacar más nítida. Es decir, que usaremos las diferentes zonas de enfoque de la cámara de forma individual, seleccionando aquella que mejor resultado nos dé. Por ejemplo, Si vamos a fotografiar un primer plano de un rostro, y dado que en este tipo de fotos los elementos del rostro están a diferentes planos de enfoque, siempre es mejor, si lo tenemos de frente a la cámara, usar un punto de enfoque cercano a los ojos, o a los labios. Si el rostro está ligeramente ladeado, es mejor obtener la lectura de un punto de enfoque que esté a medio camino entre la zona más cercana del rostro al objetivo, y la zona más lejana del rostro al objetivo. Si además aumentamos un poco el valor ISO (entre 400 y 800) para poder cerrar un paso el diafragma, obtendremos mayor profundidad de campo con lo que tendremos un enfoque más amplio.
Siempre que sea posible, evitar, al enfocar, el uso de la pantalla posterior de la cámara, ya que éstas suelen tener una resolución baja y en muchas ocasiones no es posible ver que el enfoque sea el correcto. Es mejor usar el visor óptico ajustando adecuadamente las dioptrías de éste a nuestra visión como he comentado anteriormente. Desgraciadamente los usuarios de las cámaras compactas, no pueden prescindir de la pantalla trasera para componer o para enfocar la imagen, porque desde hace ya algún tiempo los fabricantes de cámaras compactas digitales, decidieron eliminar los visores ópticos de las cámaras compactas. Decisión que a mí personalmente me parece un tremendo error.
Cuando se hagan fotos con la cámara a mano alzada, hay que procurar pulsar el disparador con suavidad en lugar de golpearlo, y evitar mover la cámara cuando se apriete éste. Mucha gente al oprimir el disparador, mueve de forma involuntaria hacia abajo la cámara, acompañando así el movimiento del dedo que oprime el disparador. Suele ser un movimiento, como digo, involuntario e inapreciable, pero cuando se usan velocidades de obturación bajas ese movimiento se muestra muy patente luego en la foto. Si la cámara está montada en un trípode, y se usan velocidades lentas, es mejor usar un cable disparador para minimizar al máximo cualquier movimiento involuntario de la cámara. Si no se dispone de cable, se puede usar el disparador temporizado de la cámara ajustado a diez segundos. Con esos diez segundos se dará tiempo a que la cámara se estabilice del todo, cuando se tome la instantánea.
Hay que acostumbrase a usar el enfoque manual y no delegar tanto en los automatismos. Éstos están bien, pero donde el enfoque automático no llega, el enfoque manual si lo hace, sobre todo si se fotografía en condiciones de luz escasa o en situaciones donde el contraste entre el sujeto y el fondo es muy fuerte. En la fotografía del reloj (derecha) la cámara estaba montada en un trípode, y aún así tuve que recurrir al enfoque manual porque no había manera de que el enfoque automático hiciera su trabajo. La superficie blanca de la esfera del reloj, era la responsable de que el enfoque automático de la cámara se volviese loco, y no era capaz de enfocar los números y las letras de la esfera.
Por último si se fotografían paisajes, evitar el enfoque al infinito, ya que enfocando de esa forma las zonas del paisaje que estén más cerca del objetivo, pero a la vez lo suficientemente lejos de éste, no saldrán todo lo nítido que debieran. Es mejor enfocar en un punto que esté, más o menos, entre los 2 y los 6 metros del objetivo, de ésta forma al cerrar el diafragma lo suficiente, se conseguirá que la profundidad de campo sea la máxima posible, apareciendo nítido todo lo que esté en una distancia comprendida entre 1 y 3 metros por delante del sujeto, o motivo principal, y todo lo que esté por detrás del sujeto hasta el infinito o casi. Es lo que se conoce como distancia hiperfocal. Ahora ya solo queda dejar de leer, coger la cámara de fotos y liarse a fotografiar cosas, objetos, paisajes o personas, que usando la cámara es la mejor manera de aprender y familiarizarse con ella. Solo espero que te haya parecido interesante ésta entrada y que si tienes algo que comentar, ya sabes donde estoy.
En la próxima entrega, la exposición.
Ángel Tejedor
Un aficionado a la fotografía